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Cómo afrontar el duelo por suicidio
29/03/2023
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Nadie está preparado para recibir la noticia de que un ser querido se ha quitado la vida. Salvo en los casos de familiares con un largo periodo de enfermedad mental y numerosos intentos previos. En el caso del duelo por suicido el dolor se vuelve aún más profundo porque va unido a sentimientos de culpa y desamparo. La muerte deliberada de un ser querido deja a su entorno muy confuso, desconcertado y con mucho sufrimiento.
Es importante tener en cuenta que el suicidio y el dolor que lo acompaña son procesos difíciles. Cuando un familiar decide quitarse la vida, sus seres queridos más cercanos son los que se ven más afectados por su ausencia, así como el resto de la familia, vecinos, amigos, compañeros de trabajo...
Es común que los familiares no crean que la persona fallecida pudiera llevarlo a cabo, aunque lo haya intentado o mencionado en anteriores ocasiones. De manera no consciente negamos que algo así pueda suceder. Nadie nos ha enseñado a actuar en una situación así, ni conocíamos los recursos necesarios para intervenir y sin embargo, es frecuente que nos sintamos culpables. Aunque es un sentimiento que surge con frecuencia, la culpa nos bloquea y no hace más que aumentar nuestro sufrimiento.
Silenciar u ocultar la muerte por suicidio es como negar la realidad. No obstante, cada persona tiene el derecho a decidir:
- Si contar o no la realidad de lo ocurrido.
- Con quién quiere compartirlo y con quién no.
- Qué parte de lo ocurrido quiere compartir y qué parte prefiere guardarse para sí misma.
BUSCAR AYUDA EXTERNA CON QUIÉN EXPRESAR NUESTROS PENSAMIENTOS Y EMOCIONES nos ayudará a elaborar un duelo sano.
1. Aceptar que lo ocurrido es un hecho que habrá cambiado para siempre nuestras vidas. Nunca nada volverá a ser igual, pero esto no significa no poder seguir adelante.
2. Entender y aceptar que sufría mucho, por razones quizás incompresibles para nosotros, pero según los profesionales se produce una VISIÓN EN TUNEL y no ven otra salida a su sufrimiento más que acabar con su vida.
3. Respetar que fue su decisión, EQUIVOCADA, la peor de toda su vida, pero suya.
4. Nos han explicado que la visión distorsionada de la realidad causaba que su capacidad de afrontamiento y toma de decisiones estuviese limitada. En casos de diagnóstico de enfermedad mental esta capacidad se encuentra aún más restringida.
5. Entender que su sufrimiento le hizo creer que estaríamos mejor sin él/ella. Probablemente pensó que con su muerte nos aliviaría de la carga que podría significar para nosotros en un futuro y que saldremos adelante.
6. Comprender que no quiso hacernos sufrir, aunque no supuso que lo pasaríamos tan mal, nunca imaginó el dolor tan grande y permanente que iba a causarnos.
7. PERDONAR y PERDONARNOS por ser simplemente humanos.
8. Darnos permiso para volver a reír, para disfrutar, entender que forma parte de la vida misma y comprender que nunca olvidaremos a nuestro ser querido por eso; muy al contrario, sentimos que también nos acompaña y que le gustaría vernos sonreír.
Para más información: DESCARGA AQUÍ LA GUÍA COMPLETA
Fuente: Asociación de Investigación, Prevención e Intervención del Suicidio y de Familiares y Allegados en Duelo por Suicidio
Es importante tener en cuenta que el suicidio y el dolor que lo acompaña son procesos difíciles. Cuando un familiar decide quitarse la vida, sus seres queridos más cercanos son los que se ven más afectados por su ausencia, así como el resto de la familia, vecinos, amigos, compañeros de trabajo...
¿Cuáles son las reacciones más comunes?
- Shock.
- Bloqueo emocional (no poder llorar, no poder sentir dolor...)
- Negación de lo ocurrido.
- Incredulidad, incomprensión de lo acontecido debida a la existencia de planes a corto o
- largo plazo.
- Rabia, enfado.
- Autorreproches, culpa.
- Dolor, pena, desesperanza.
- Vergüenza.
- Pensamientos intrusivos en bucle y expresiones reiterativas.
Es común que los familiares no crean que la persona fallecida pudiera llevarlo a cabo, aunque lo haya intentado o mencionado en anteriores ocasiones. De manera no consciente negamos que algo así pueda suceder. Nadie nos ha enseñado a actuar en una situación así, ni conocíamos los recursos necesarios para intervenir y sin embargo, es frecuente que nos sintamos culpables. Aunque es un sentimiento que surge con frecuencia, la culpa nos bloquea y no hace más que aumentar nuestro sufrimiento.
¿Cómo afecta a nuestro estado físico y comportamiento?
- Síntomas de ansiedad (sequedad en la boca, opresión en el pecho...)
- Gritos, llanto, agitación motora.
- Trastornos del sueño y de la alimentación.
- Molestias gástricas, dolores articulares y musculares.
- Hipersensibilidad al ruido.
- Falta de energía, cansancio, etc
Después de los primeros momentos, el primer interrogante que se plantea es: Y ahora... ¿Cómo continúo con mi vida?
Silenciar u ocultar la muerte por suicidio es como negar la realidad. No obstante, cada persona tiene el derecho a decidir:
- Si contar o no la realidad de lo ocurrido.
- Con quién quiere compartirlo y con quién no.
- Qué parte de lo ocurrido quiere compartir y qué parte prefiere guardarse para sí misma.
BUSCAR AYUDA EXTERNA CON QUIÉN EXPRESAR NUESTROS PENSAMIENTOS Y EMOCIONES nos ayudará a elaborar un duelo sano.
¿Qué pensamientos debemos aceptar en nuestro camino hacia la recuperación?
1. Aceptar que lo ocurrido es un hecho que habrá cambiado para siempre nuestras vidas. Nunca nada volverá a ser igual, pero esto no significa no poder seguir adelante.
2. Entender y aceptar que sufría mucho, por razones quizás incompresibles para nosotros, pero según los profesionales se produce una VISIÓN EN TUNEL y no ven otra salida a su sufrimiento más que acabar con su vida.
3. Respetar que fue su decisión, EQUIVOCADA, la peor de toda su vida, pero suya.
4. Nos han explicado que la visión distorsionada de la realidad causaba que su capacidad de afrontamiento y toma de decisiones estuviese limitada. En casos de diagnóstico de enfermedad mental esta capacidad se encuentra aún más restringida.
5. Entender que su sufrimiento le hizo creer que estaríamos mejor sin él/ella. Probablemente pensó que con su muerte nos aliviaría de la carga que podría significar para nosotros en un futuro y que saldremos adelante.
6. Comprender que no quiso hacernos sufrir, aunque no supuso que lo pasaríamos tan mal, nunca imaginó el dolor tan grande y permanente que iba a causarnos.
7. PERDONAR y PERDONARNOS por ser simplemente humanos.
8. Darnos permiso para volver a reír, para disfrutar, entender que forma parte de la vida misma y comprender que nunca olvidaremos a nuestro ser querido por eso; muy al contrario, sentimos que también nos acompaña y que le gustaría vernos sonreír.
Para más información: DESCARGA AQUÍ LA GUÍA COMPLETA
Fuente: Asociación de Investigación, Prevención e Intervención del Suicidio y de Familiares y Allegados en Duelo por Suicidio